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lunes, 14 de diciembre de 2009

EL ANUNCIO DE LA NAVIDAD«ANTÍFONAS O»




EL ANUNCIO DE LA NAVIDAD
LA FERIA PRIVILIGIADA

Sor.Cecilia Codina Masachs O.P
Monasterio de Santa. Catalina de Siena
(Paterna) Valencia

OH Sabiduría que brota de la boca del Altísimo, y que dispone todas las cosas con suavidad y fortaleza. VEN y muéstranos el sendero de la prudencia.
Cuando llega el 17 de Diciembre, ya se empieza a vislumbrar con más intensidad, el horizonte del propio corazón, con las primeras luces de la Navidad que en los días sucesivos hasta el mismo día 23, se irán anunciando la revelación de los atributos mencionados en las Sagradas. Escrituras de los nombres de nuestro salvador«Cristo», con las Antífonas Marianas de la O, y entonces nuestro corazón comienza a dilatarse, para ir acompañando a la Virgen María en su santo parto.

Por ello, este año les invito a caminar con más fortaleza, con más amor si cabe hacía la Navidad, acercándonos con más suavidad al nacimiento de Dios hecho hombre; un tierno niño que desde la eternidad estaba destinado a llenar todo el ser de María; vino a ella con un silencio sosegado, a un corazón limpio que se abrió a la relación con Dios, mediante el cual Él nos dice en nuestro propio lenguaje: «Yo te amo. Yo estoy contigo, a tu lado y dentro de ti si me dejas». Y en ese amor se nos habla de la Palabra que viene de una larga espera, de un prolongado silencio, silencio de desierto, silencio de noche, silencio de soledad acompañada. Es evidente que una Palabra que lleve sabiduría, solamente de un prolongado silencio se puede nacer con una Palabra de profunda sabiduría. Pero sobre todo, necesitamos, un sosegado silencio, para escuchar la melodía divina. El canto de «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra»que se fue transformando, tras un prolongado silencio en la «Noche de Belén».

Antes, la humanidad necesitó el silencio de María para engendrar la Palabra de la Vida, después de su nacimiento, la creación entera rompe el silencio, para alabar a la Palabra que hecha carne nos viene a salvar del pecado. Y, es entonces cuando el hombre que ha esperado con fe este acontecimiento, canta con alegría«Gloria a Dios en las alturas», donde en la Trinidad vive en una música armoniosa. SÍ, cantemos… ¡Aleluya! Alabad al Señor que la música es buena, nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. Alabad su nombre con tambores y danzas. (Salmo 147,149.150).

Desconocemos el origen de estas antífonas de Adviento, pero hay alguna referencia de su existencia alrededor de (480-525, por Boecio).Pero sabemos que desde antiguo los monjes benedictinos ya las cantaban en las Vísperas cada tarde y traducidas al español dicen así por orden de canto del día:
«Día 18, Oh Adonai, Pastor de la casa Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley: Ven a librarnos con el poder de tu brazo».
Día 19«Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como signo para los pueblos; y cuyo auxilio imploran las naciones: Ven a librarnos, no tardes más».
Día 20, «Oh llave de David y cetro de la casa de Israel; que abres y nadie puede abrir: Ven y libra los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte».
Día 21, «Oh Sol que naces de la alto. Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia: Ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte».
Día 22, «Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo: Ven a salvar al hombre, que formarte del barro de la tierra».
Día 23« Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos: Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro».

Que esta Navidad no sea una más en nuestras vidas, pensemos que si tenemos por ejemplo 40 años, no hemos celebrado las fiestas navideñas 40 años, sino que en realidad han sido 40 veces, y eso en la vida tan breve del ser humano, no es nada. Por ello, que esta próxima vez, celebremos el natalicio de nuestro Señor, con una conversión del corazón, que dure de vez en vez, de día en día.
Que el abrazo de nuestras familias, padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, amigos; sea con un sentimiento de realidad permanente del amor, que no sólo se manifieste ese amor y esa alegría unos pocos días al año, o mejor expresado unas cuantas veces en nuestra vida, ya que el hecho de que Dios Padre nos diera a su propio Hijo como nuestra salvación, merece una alabanza armoniosa y regalarle a nuestro Dios no sólo gloria en las alturas, sino también gloria en la tierra en sus hijos que esperan al «Deseado».

FELIZ NAVIDAD,
SUAVIDAD Y FORTALEZA
CADA DÍA DEL AÑO
Publicado en la Revista «OBJETIVO» CÍRCULO CATÓLICO SAN ROQUE
BURJASSOT- VALENCIA

1 comentario:

  1. Maravillosas sus palabras, su meditación.
    Pensar que eternamente viviremos el renacer de Jesús en nuestros corazones...
    Que maravilloso es todo...
    Y es verdad, no hay nada más valioso que convertir el amor en un estado permanente del alma.
    Dios la bendiga por llegarnos al alma con sus palabras.

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